jueves, 15 de enero de 2009

Exquisitas Percheces.




(Fotos: ¿Qué relación existe entre Pello Ruiz-Cabestany, Javier Nart y Tola Tadesse?)
Las últimas maletas dan vueltas y vueltas sobre la cinta de los equipajes, sin más dueño que la noche silenciosa del aeropuerto de Addis Abeba y las miradas somnolientas e indiferentes de los empleados que reponen la fila de los carritos. Finalmente la cinta negruzca se detiene y la imagen se queda congelada como si alguien hubiese pulsado el botón “Pause” de un video VHS. Vaya; así que ya me han jodido bien. También hay un tío con el que he coincidido en la brevísima conexión de El Cairo. Nos llevaron a los dos solos en una furgoneta que circulaba por las pistas a toda leche; nos recogieron de un avión, nos incrustaron en el otro y despegamos. Ahora nuestros ojos esperan con resignación que un último bulto salga milagrosamente de entre las tiras de plástico que cuelgan del agujero.

Un empleado se acerca con la actitud de consolar una muerte aún no aceptada: “Al final del pasillo está la oficina de reclamación de equipajes”. Mi compañero de fatigas agarra sus bolsas de Carrefour y puedo apreciar fugazmente el resplandor de un par de trofeos entre el plástico.

- Vaya una mala suerte, hombre.
- Pues sí porque traía unos cuantos regalos para la Navidad Etíope… Salchichón… (En español original)
- ¿¡Salchichón!? Oye, tú no serás atleta… Con todos esos trofeos dentro de las bolsas de Carrafour…
- Los he ganado en Madrid.
- ¿En Madrid? ¡Que me aspen si no estoy frente a Tola Tadesse, el campeón de La San Silvestre Vallecana y de la Great Ethiopian Run!
- Pues sí soy Tola, sí.
- Vaya, hombre, no hay respeto para los héroes.

Después de hacer nuestras respectivas reclamaciones, Tola y yo salimos al parking del aeropuerto. Él se pilla un taxi y yo otro. Nos decimos adiós con la cabeza, sin hacer halagos de ningún tipo de verborrea.

Ocho días después Le Tigre (des Platanes) abarrotan el pequeño Bateau Ivre, haciendo de sus melodías un péndulo que recorre desde los estándares clásicos de la música etíope hasta el ruido puro ruido de una cacharrería. “Por fin un grupo de punk en Addis Abeba”, le digo a Daniel Taye Workou. Me giro hacia el jardín del Bateau y entonces aparece de entre los arbustos Javier Nart, al que conoceréis por sus incendiarias intervenciones en el programa de María Teresa Campos. Javier Nart me pasa una birra, pero yo estoy harto de birras.

- ¿Qué significa etimológicamente la palabra “Etiopía”? – pregunta Javier Nart a Daniel Taye Workou.
- Viene del griego y creo que tiene dos significados: persona con la cara negra, pero también persona de ojos brillantes. ¿?


Javier Nart se toma unas pastillas que saca de un pastillero y aparenta escuchar el concierto de los franceses Le Tigre (aunque yo sé que está abstraído en sí mismo, probablemente repasando la lección magistral que acaba de dar sobre las guerrillas de Chad). Al día siguiente Maseret Argaw, Daniel Taye Workou, Teferi Debebe y yo, nos entrevistaremos con el productor Solomon Bekele, viejo amigo de Haile Gerima. Haremos planes sobre la producción de nuestra película. Después, durante el largo fin de semana, nos iremos a Bekoji en un minibús. Hay otra película etíope: Teza, de Haile Gerima. Otro momento: cuando cené con Pello Ruiz–Cabestany en el Zebra Grill de Addis Abeba. Le reproché a Pello que nunca hubiese corrido en el Kelme.