martes, 12 de agosto de 2008

De un extraño reencuentro y la aldea de Bekoji.






(Fotos: 1. Cartel de Menged. 2. Afueras de Bekoji. 3. Sintayu Eshetu. 4. Niños de Bekoji. 5. Cerca de Asela.)

Entre todos los cineastas etíopes, quizá Daniel Taye Workou sea el de mayor proyección internacional, a excepción de uno de los fundadores con mayúsculas de la filmografía etíope: Haile Gerima, que vive en Washington.

Con su cortometraje titulado Menged, Daniel ha participado en multitud de festivales a lo largo y ancho del mundo, ganando, entre otros, el premio al mejor cortometraje en el Festival de Cine de Berlín (Berlinale) o el Festival Panafricano de Ouagadougou en Malí (FESPACO), el más importante de toda África.

María y yo conocimos a Daniel a finales de abril del 2007, durante el Festival de Cine Africano de Tarifa, donde Menged obtuvo una mención especial. Daniel fue también el responsable de grabar con mi cámara de video más de 20 minutos de sombras, entre las que se intuye algunas personas bailoteando, haciendo el moñas y apurando birras en el interior de una discoteca a las 3 AM. Lo pasamos bien; Daniel es un tipo tranquilo, gafotas, muy alto y amable. Después de Festival hablé un par de veces con él para ver si producíamos un documental sobre el atletismo etíope. Tras algunos intentos que hicimos Iván, la productora Kodiak y yo, el proyecto quedó en agua de borrajas y Daniel se volatilizó en los Campos Elíseos de París, donde sobrevivía haciendo videos musicales.

Digo esto porque un extraño acontecimiento va a suceder al día siguiente de nuestra visita a Wami Biratu. El caso es que Teferi me cita para enseñarme el Estadio Nacional que está cerca de la plaza Meskel y cuando estoy regresando a casa por Bole Road se me ocurre que lo mejor sería comprarme un abrelatas en el Novis Supermaket. Así que entro, compro el abrelatas y, tras pagarlo en la caja, me detengo en la puerta del Novis tratando de averiguar cómo funciona el sofisticado aparato. Supongo que ya me han timado otra vez. El caso es que un gigantón pasa por delante de mí, encorvado y con unas gafas de pasta al estilo de Spike Lee.

- Whatafuk are you doing here, Miguel!????
- Pues… comprando un abrelatas… man! – es lo único que se le ocurre a mi pobre cerebro al toparme de repente con el mismísimo Daniel Taye Workou.

Así que, tras un año y medio y fruto de un encuentro fortuito en el Novis Supermarket, Daniel y yo recuperamos la ilusión por hacer un documental sobre el atletismo etíope. Daniel no duda de que esta vez voy más en serio. No es común encontrarse a tus colegas europeos en el Novis Supermarket de Addis Abeba peleándose con un abrelatas.

Después de este inesperado encuentro y de cenar en casa de Daniel con su encantadora mujer – acaban de tener una niña – he decidido que lo mejor sería realizar una primera visita a la aldea de Bekoji, en la provincia de Arsi. Como dice Nacho Docavo en su libro, Bekoji es una pequeña aldea de las Tierras Altas de Oromía (de la etnia oromo), lugar de nacimiento y de crecimiento de los mejores atletas del mundo: los hermanos Bekele, las hermanas Dibaba o Fatuma Roba, entre otros campeones. Esta pequeña aldea incrustada en los montes y rodeada de riachuelos y verdísimas tierras fértiles sembradas de tej ostenta el récord de ser la población con más medallas olímpicas y campeonatos del mundo por habitante.

Al llegar a Asela reservamos unas habitaciones en el Hotel Ras, dejamos allí un par de mochilas y nos adentramos con el Land Cruiser en la carretera que finaliza en Dodola, pasando por Bekoji. 56 kilómetros separan Asela de Bekoji por un camino de barro serpenteante. Dos horas y media de ida y lo mismo de vuelta. En el kilómetro 40, la carretera ha desaparecido bajo un torrente de agua. No importa: ahí están los chinos para resolver el problema. Chicker alle! (No problem). Los chinos aparecen de la nada con un Bulldozer y en cuestión de diez minutos han vuelto a construir la carretera. Seguimos adelante, nos topamos con transeúntes que vuelven del mercado y entramos por fin a Bekoji. Está atardeciendo y llueve. Una marabunta de niños se apelotona alrededor del coche. Preguntamos por Sintayu Eshetu, el entrenador de Bekoji, el descubridor de talentos números uno en Etiopía. Sintayu aparece. Tenemos veinte minutos para comer. “Sintayu, no seas tímido, siéntate con nosotros”. “Sintayu, ¿cuantos niños entrenan en la escuela de atletismo de Bekoji?”. “Sintayu, ¿una Coca- Cola?”. “Sintayu, enséñanos la pista de atletismo”. “Sintayu, eres el mejor, ¿alguno de los atletas famosos viene a visitarte?”. “Sintayu, ¿aún no te han llamado para que entrenes al equipo nacional?” “Sintayu, se hace de noche, tenemos que irnos”.

En menos de lo que canta un gallo nuestro Land Cruiser vuelve a retomar el camino de barro hacia Asela. Granjas, eucaliptos, acacias, pequeñas casitas redondas de adobe, niños con sus rebaños de cabras, algún ciclista, carromatos tirados por burros. El cielo encapotado y las nubes que bajan allí al fondo hasta los sembrados. Le he prometido a Sintayu que volveré en septiembre.

8 comentarios:

maria. dijo...

dios! es cierto... 20 minutos de sombras, ruido y música grabó daniel!! y quién hizo el vídeo de tejados y pararrayos?? amadou o sol de carvalho... ese material es puro oro o pura caca, según como se mire.
tú en realidad estás en galicia, no?
vuelvo a querer ir a etiopía. y otra vez...


...y otra!
invítame y haz el documental.

MiGueL Llansó dijo...

No se lo digas a nadie pero en realidad los gallegos son negros.

Falta menos para que pises las Tierras Altas...

Anónimo dijo...

Ese Maiki!!!!
Me encanta lo que cuentas y cómo lo cuentas!!!
Más, por favor!
Un beso muy fuerte desde las humildes tierras de Villapé!
TETE

Unknown dijo...

Queeee tal Maikel.
hasta hoy no he sacado un rato para leerme tranquilo tu blog. esta de poca madre. sigue con ello, a ver si consigues que me acabe gustando el deporte.

lavanda dijo...

Pues yo voy por la tele buscando las carreras olimpicas a ver si veo a los y las etiopes, pero está crudo; si no corre un español, no lo ponen ¿no?Tengo un recote de prensa qe dice "el consejo de ministros nacionalizará hoy( 4 de Julio)a Alemayehu Bezabeh, mediofondista etiope que llego sin papeles y que promete en los 5000 metros". Te lo guardo o te lo envio?Millones de besos...

Anónimo dijo...

Gracias, chavales, por los comentarios. A mi tampoco es que me entusiasmara el deporte antes de conocer a Wami!

Por cierto, leí un artículo en El País sobre este Alemayehu Bezabeh...

Besos!!!

Ankami dijo...

Es que hay gallegos que son negros. Yo tengo tres en casa.
Por cierto, ¿no tienes problemas en Etiopía con blogspot?
Un post grandioso...

Anónimo dijo...

Me hace gracia la comparación de Galicia-Etiopía, yo dije en una entrevista en la tele que Etiopía se parecía un poco a Galicia, verde y con montañas y hasta la presentadora se quedó a cuadros. Se creen que toda África es un desierto!!!

Un abrazo de otra familia con un galego etíope negro